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La empresa T-Systems hace entrega a Lanbí Elkartea de 22.527,68€ recaudados en la campaña de solidaridad

Desde Lanbí Elkartea queremos agradecer la implicación y la valentía de T-Systems Iberia (empleados, comité y dirección) por apoyar el futuro del pueblo haitiano de la mano de nuestra organización.

A continuación os dejamos el comunicado interno de la empresa T-Systems a sus empleados, y la entrevista realizada a nuestro colaborador en Lanbí y trabajador de T-Systems, David Vázquez.

El pasado viernes Diego Sáenz, Director de Recursos Humanos de T-Systems Iberia, hizo entrega a nuestro compañero David Vázquez de los 22.527,68€ recaudados en la campaña S.O.S Haití. Estuvimos ahí y aprovechamos para hablar con David y que nos explicara de primera mano como se están llevando a cabo las labores de reconstrucción del país caribeño, y los proyectos que la ONGD Lanbí Elkartea está desarrollando para ayudar a los damnificados.

1. ¿Explícanos un poco cuál es la situación actual en Haití?

La situación en Haití a día de hoy es muy preocupante, no es que no lo fuera antes del terremoto, pero las consecuencias del seísmo han hecho añicos el gran esfuerzo del pueblo haitiano durante estos últimos años.

El panorama no es muy alentador:

  • Unos 220.000 muertos oficialmente contabilizados, esto es casi el 3% de toda la población del país y todavía hay cadáveres bajo los escombros.
  • Más de un millón de haitianos sin un hogar, sin un techo donde dormir.
  • Unos tres millones de afectados directos por las consecuencias del terremoto, el 33% del país.
  • Poco más del 50% del pueblo haitiano tiene acceso a agua potable.

Con estos números, nos podemos hacer una idea de la magnitud de la catástrofe y de la necesidad urgente del apoyo internacional en el plan de reconstrucción.

2. ¿Cómo se prevé reconstruir el País? ¿Alguien coordina el trabajo de las ONGs?

Naciones Unidas coordina la respuesta internacional al terremoto en Haití, es el organismo que lleva el registro de toda la ayuda multinacional y que se coordina con los países y el gobierno de Haití en las tareas de reconstrucción y apoyo humanitario.

Es complejo prever como se va a reconstruir el país. En otros casos de catástrofe los objetivos de reconstrucción se limitan a dejar el país en una situación similar a la que estaba, en cambio, en el caso de Haití es una excepción (ya era el país más pobre de América) y a la vez una oportunidad internacional de hacer bien las cosas.

Los pasos más importantes a dar desde mi punto de vista serían:

  1. Contar e implicar de primera mano al pueblo haitiano, su historia y su cultura.
  2. Condonación total de la deuda externa del país que asciende a unos 1.300 millones de dólares.
  3. Que las organizaciones internaciones no se queden en el “humanitarismo”, “activismo” y “caridad”. Es necesario que los proyectos de reconstrucción vayan más lejos, creando nuevos tejidos sociales, culturales y políticos entre pueblo haitiano; de dentro a fuera, y no como se hace siempre, de fuera a dentro.

3. Antes del terremoto la situación del país ya era complicada. ¿Qué es lo que hay que sumar a la destrucción y miseria provocada por el terremoto? (estado corrupto, pobreza generalizada, analfabetismo, violencia…)

Haití fue el primer país del mundo con una mayoría de raza negra que logra su independencia y obtiene su libertad. Este hecho ha marcado la historia y el devenir de su pueblo en dos direcciones fundamentalmente:

Agotamiento de recursos naturales

Haití fue colonia francesa hasta hace poco más de 200 años, cuando era colonia se le llamaba “la perla de las antillas”, siendo la colonia que más recursos generaba en Francia (caña de azúcar, café y madera). Para cuando los esclavos negros haitianos se sublevaron a sus amos franceses, los recursos del país ya estaban totalmente esquilmados, si a esto sumamos los incendios y la destrucción de las guerras por la independencia, tenemos en Haití un desierto en medio del caribe.

Imposibilidad de autogestión económica (papel de EEUU y Francia)

Después de la independencia de Francia en 1804, los EEUU negaron reconocer el estado haitiano (así durante 60 años). La razón fundamental es que EEUU temía que al reconocer a Haití se fomentaran revueltas de esclavos en EEUU. Por otro lado Francia, frustrada por su derrota, exigió reparaciones económicas por la pérdida de su colonia más productiva. A cambio de reconocer la independencia, la Corona francesa negoció una indemnización de 150 millones de francos, siendo colosal la deuda en esa época.

No cabe la menor duda de que las “dificultades económicas”, la “pobreza de recursos” y la “negación de estado independiente” lastraron la economía de Haití que nunca ha podido dedicar los recursos del país a su propio desarrollo.

Esto ha desencadenado que Haití esté en el puesto 149 de 182 en la lista (2008/2009) de países por índice de desarrollo humano elaborada por Naciones Unidas. Esto antes del terremoto.

4. Tu colaboras con la ONGD Lanbí Elkartea, ¿Cuales son los proyectos que se estaban llevando a cabo en el país caribeño antes del seísmo? ¿Has estado ahí? Cuéntanos un poco tu experiencia.

Yo colaboro con la ONGD Lanbí Elkartea, la organización se registró como asociación en 2008, pero llevamos desde 2003 con proyectos en Haití.

En aquella época (2003) yo era monitor en un grupo de tiempo libre, inicialmente todo empezó cuando Ingeniería Sin Fronteras (ISF) nos presentó a todo el equipo de monitores un proyecto en una pequeña región de Haití. De aquella presentación inicial salió un viaje de uno de nuestros compañeros (hoy está en Haití) y un hermanamiento entre esta pequeña región Arregy (Haití) y Portugalete (Vizcaya).

Con los años, más compañeros han seguido viajando a Haití y desarrollando actividades-proyectos en esta región, con el tiempo dejamos de ser monitores y decidimos dar continuidad a esta iniciativa registrando la asociación y creando Lanbí Elkartea.

A día de hoy somos unas 30 personas las que colaboramos en Lanbí Elkartea y tenemos varios proyectos en el país:

  1. Taller de costura:Fue el primer proyecto desarrollado, existía un grupo de mujeres recibiendo clases de costura, pero no disponían de locales. El proyecto consistió en construir un pequeño local donde recibir las clases y guardar las máquinas y materiales.
  2. Arreglo de la carretera:La comunicación de la aldea de Arregy con la ciudad de Jacmel (motor del sudeste del país) era un viejo camino sin asfaltar muy deteriorado. Lanbí Elkartea apoyó en la compra de materiales necesarios para asfaltar y arreglar esta vía de comunicación.
  3. Casa comunal:Uno de los proyectos más grandes realizados, se detectó como necesidad en Arregy la construcción de un centro capaz de acoger las diferentes iniciativas comunitarias que se iban desarrollando. Objetivo dinamizar la vida de Arregy.
  4. Programa de becas Ikas Dezaten:El proyecto más antiguo y más grande que ese está desarrollando. Abarca no sólo el apadrinamiento de las becas de estudio para bachillerato, primaria y preescolar, sino toda una red de apoyo a la educación en Arregy y alrededores.
  5. Escuela de preescolar:Como respuesta a las crecientes demandas de la población de Arregy, y dentro de la estrategia del programa de becas de estudio, se ayudó en la construcción de un preescolar en la zona.
  6. Escuela de primaria:Es el último proyecto que se ha iniciado. Estamos en fase de búsqueda de financiación para un proyecto que se prevé a 2-3 años. Han sido las propias familias de Arregy, cuyos hijos se encuentran en preescolar, las que han demandado la continuidad de los estudios en una escuela primaria que reúna un mínimo de calidad.

El verano pasado yo mismo, junto con otros dos compañeros estuvimos apoyando y desarrollando el proyecto de la escuela de primaria en Arregy. Allí contamos con la ayuda de una organización de Hermanas Lauritas con las que trabajamos bilateralmente y son nuestra contraparte en el país. Fue una gran experiencia vivir el país en primera persona.

5. ¿Cómo están las cosas ahora? ¿Dónde irá destinado, principalmente, el dinero de la recaudación en T-Systems Iberia?

Tres de nuestros colaboradores en Lanbí Elkartea han llevado personalmente parte de los fondos recaudados en la campaña de sensibilización. En este primer envío, la cantidad de ayuda económica asciende a 12.000$.

Con este dinero ya se están comprando medicinas, materiales (como tiendas de campaña) y comida necesarios para poder ayudar las necesidades primarias en la ciudad de Jacmel y sobre todo al pueblo de Arregy.

El método de trabajo consiste en comprar todo lo necesario en República Dominicana y supervisar el envío por barco desde la ciudad de Pedernales (Dominicana) hasta el puerto de Jacmel en Haití.

Cuando se normalice la situación en Haití y abran los pocos bancos del país, podremos enviar más dinero vía transferencia bancaria.

Ahora mismo la situación en el país es todavía muy caótica y hay muchas organizaciones internacionales sobre el terreno. Cuando la cooperación internacional termine su labor, y las necesidades primarias estén cubiertas, nosotros seguiremos en Haití y continuaremos con los proyectos que teníamos en marcha, como la escuela de primaria.

Quisiera aclarar, que en nuestro caso, el 100% de las aportaciones van destinadas al pueblo haitiano, ninguno de nuestros colaboradores cobra por su labor.

6. Fue a raíz de un email tuyo que se puso en marcha la campaña, ¿Te sorprendió la pronta respuesta de la Compañía y la colaboración de tanta gente con donativos?

Sinceramente me ha sorprendido mucho la rápida reacción de la compañía, soy consciente de que somos una organización pequeña y que en estos casos lo más fácil en el sector privado suele ser apoyar alguna campaña de alguna organización internacional como Cruz Roja, Médicos Sin Fronteras, Médicos del Mundo, etc…

En este sentido quiero agradecer en nombre de Lanbí Elkartea y en mi persona el apoyo de los compañeros y compañeras de T-Systems, también quiero agradecer a Diego Sáenz su implicación personal desde el primera contacto y a la Compañía y Comité la valentía por implicarse directamente con nosotros en ayudar a salir adelante al pueblo haitiano.

Muchas gracias / Mila Esker

7. ¿Crees que este tipo de iniciativas de recaudación en empresas como T-Systems ayuda un poco a “humanizar” el día a día y hacernos más conscientes de la situación de los más desfavorecidos?

Pienso que si, creo que la mayoría de las veces, en las empresas privadas, existen algo más que recursos cuantificables que producen beneficios para una compañía a cambio de un salario. En las empresas existen muchas personas que dedican su tiempo libre a trabajar por un mundo más equilibrado, unos en el cambio climático; otros en el maltrato a la mujer o la explotación infantil ; otros en la cooperación al desarrollo; otros en el barrio; la inmigración…

Es importante que las empresas se fijen en las “personas” que forman sus empleados y que los empleados contemos con las compañías para pedir apoyos y contar nuestra experiencia.

 
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Milagros laicos por Laura Restrepo

Sí, Haití es un pueblo fuerte y digno, e infinitamente despojado y pobre; en estos días lo ha comprobado el mundo entero. Pero no es sólo eso. No ha permanecido pasivo ante la suerte que le han impuesto la naturaleza y, sobre todo, los imperios. Lejos de eso. El que ahora vemos postrado entre escombros y ahogada en basura dio, a nombre de la humanidad, dos de las mayores batallas contra la tiranía y la infamia: la abolición de la esclavitud y el quiebre del dominio colonial en América.

Era impensable que ganara, siendo su pueblo tan pobre y castigado como ahora, o más todavía. Pero ganó. Ganó en los dos casos. Se cumplió en Haití la frase de Höldein “donde crece el peligro, crece también lo que salva”. Esclavos nacidos en las plantaciones, como Toussaint-Louverture; esclavos que llevaban el nombre de su amo, como Dessalines; esclavos marcados al fuego, como Rigaud, supieron convertirse en generales de hombres libres y encabezaron un ejército revolucionario de negros que derrotó a los soldados de Napoleón. Y como la libertad va pasando de mano en mano, Simón Bolívar llegó buscando apoyo a Haití, primer territorio soberano del continente, y lo obtuvo de un mulato al que siendo esclavo le habían dado el nombre de Pétion, el pequeño, pero que como presidente de su república negra, fue grande al apoyar la causa libertaria de la América hispana. De las costas de Haití partió Bolívar con doscientos patriotas, intelectuales y aventureros provenientes de distintos puntos del globo, que optaron por ser ejército y se embarcaron en siete goletas, mal equipadas con un solo cañón en la proa. El proceso histórico que allí se abrió desembocó en la independencia. Las palabras de Abraham Lincoln “nuestro país no puede ser libre y esclavo al mismo tiempo” serían réplica textual de las pronunciadas por Bolívar en Haití, al comprometerse con las causas de la libertad. Y es que ésta, ya se sabe, va pasando de mano en mano y de pueblo a pueblo.

En nuestros días aparece Obama, el joven negro que con su triunfo electoral le hizo sentir al mundo que, pese a todo, la historia de la humanidad seguía avanzando. Hoy, ya como presidente, manda ayuda humanitaria masiva a Haití. En principio, un bello gesto de solidaridad no sólo con los pobres, sino con su propia raza. Pero lo hace a través de dos poderosas máquinas de guerra imperial, el Pentágono y el Comando Sur, y el bello gesto empieza a ser extraño, como si para rescatar a una familia de una casa en llamas, Roma hubiera enviado una legión de centuriones. En 1983 estuve como reportera en la isla de Granada a partir del segundo día de la invasión norteamericana, y el despliegue bélico que allí presencié se parece demasiado al que hoy estamos viendo en Haití. Obama sabe que su mandato tiene una deuda con la tradición libertaria de Haití. Algo ha dicho al respecto, pero aun así debe medir sus pasos, las cosas pueden no salirle bien del todo, como en Afganistán con sus tropas, o en Colombia con sus bases. Que no le pase a él, como primer presidente negro de Norteamérica, lo que le pasó a Henri Christophe, primer rey negro de Haití, que acabó vestido de plumas y gorgueras y usando el látigo contra los suyos, en grotesca imitación de los gestos imperiales del enemigo.

Difícil digerir esta voltereta de la historia, que hace que le ofrezcan ayuda humanitaria a Haití países como Estados Unidos y Francia, que hasta hoy no habían hecho otra cosa que embargarlo e invadirlo, una y otra vez, hasta desangrarlo y volver inhumana la vida en él. “Por ahora, ni menciones eso; mientras se trate apenas de sobrevivir, ni lo menciones, ya veremos más adelante”, me recomienda un amigo haitiano que capotea la devastación del terremoto y con quien he logrado entrar en contacto. Pero a otra amiga haitiana alcanzo a escucharle hablar de autonomía, de respeto a la autonomía de su gente, antes de que la precaria comunicación se nos corte.

No confío en las razones de Estado. Otra cosa son las razones de los pueblos. En ésas creo. Mi amiga haitiana me habla del indestructible tejido familiar, que en Haití siempre ha sido refugio contra la muerte. “El Estado, ya de por sí inexistente, acabó de derrumbarse con el temblor”, me dice, “pero ahí están las familias. Aquí todos somos familia de todos, y las casas que aún están en pie le abren la puerta los que quedaron sin techo”. Creo en la abuela haitiana que con las manos desenterró a su nieta viva de los escombros, creo en los profesionales del país, en sus profesores, sus escuelas, sus organizaciones sociales. Creo en la solidaridad de su diáspora, desde París hasta Miami.

Y creo también en los extranjeros que saben que pese a las migras ya no hay fronteras, que Haití es la esquina más dolida de su propia casa, y que es el destino colectivo lo que allí está en juego. El estudiante que dona lo que esté al alcance de su bolsillo. La señora que manda un par de cobijas. Los médicos franceses, venezolanos, israelíes, españoles, cubanos, que trabajan noche y día para robarle vidas a las ruinas y al hambre. En ellos creo. No confío en las motivaciones de los medios masivos de información, pero sí en sus reporteros. En esa cronista mexicana, inválida por la polio, que allá permanece al pie de la cámara. En la mujer argentina que trabaja en Corea del Sur y mueve cielos y tierra para encontrar al niño haitiano que adoptó y aún no le habían entregado. Tanto creeré en ellos, en todos ellos, que creo incluso en el señor que en cualquier ciudad del mundo llega a casa de la oficina a prender el televisor para buscar con angustia a Haití en las noticias.

Grandes cosas van a salir de Haití, y de los millones de personas que en el planeta están con los haitianos, y contra los bancos mundiales, las multinacionales, los ejércitos, los imperios viejos y nuevos que hunden a Haití, a todos los Haitís, en la tristeza y en la miseria. Grandes cosas van a salir de Haití, y a lo mejor ya están saliendo. Milagros laicos, como diría Hannah Arendt, de solidaridad, de libertad, de lucidez, de humanidad. Ya sucedió una vez; puede volver a suceder.

Laura Restrepo es escritora colombiana.

 
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