Antes de acostarme voy a escribir un poquito.
Sigo en Puerto Príncipe de reuniones en la ONU. Está bien para tener información y esas cosas pero creo que se queda demasiado lejos de la realidad del pueblo. Donde está en estos momentos la ONU es una zona extensa cercana al aeropuerto llenísima de tiendas de campaña, barracones, etc… Con todo el despliegue de todos los organismos de la ONU conocidos y hasta desconocidos como por ejemplo el UNHAS. Todo ello mezclado con tiendas de reuniones y tiendas de organismos europeos, organismos nacionales, etc. Para aportar un poquito más de caos están las miles de personas de las cientos de organizaciones que se pasan por allí cada día para las decenas de reuniones que hay. A eso se le añade las diferentes bases de los países que participan en la MINUSTAH, que están separados pero juntos, los marines americanos que no tienen su base allí pero se pasean, los helicópteros de la ONU y los aviones de ayuda humanitaria que aterrizan y despegan 200 metros más allá. ¿Os hacéis una idea del panorama? Bueno, pues ahí he vuelto a ir hoy para la reunión del cluster psicosocial y vuelvo mañana para la reunión del cluster de salud mental y me libro del sábado que se repite reunión del cluster psicosocial. Yo se que la coordinación es importante, y es cierto que la magnitud de la catástrofe y la inexistencia total de una respuesta del estado hace que todo se magnifique, y quizá sea sólo la respuesta lógica a una situación anormal, y que todo este sistema en una emergencia de menos envergadura no resultaría tanto circo, pero es que luego sales a la calle, y ves que la gente sigue durmiendo en refugios auto construidos con telas y te preguntas ¿de qué narices se habla en las decenas de reuniones que hay todos los días? porque no me puedo creer que se hable de esto porque sino ya estaría solucionado!! ¿Y la cantidad de gente que hay trabajando allí? no se, tal vez sea que no conozco las entrañas del monstruo pero una cosa está clara. Cualquiera que quiera puede ir a Haití a “ayudar” y no salir de ese sitio, y por lo tanto no pisar el país pero a su vez no parar de reunión en reunión. Yo creo que eso le pone a alguno.
Voy a ponerme positivo y decir que también es cierto que el esfuerzo de coordinación es muy brutal y que las necesidades a cubrir son tales que es como construir un pequeño país (no solo en infraestructura sino en salud, educación, etc.) de cero en un mes. Nos han dado los datos de algunos de los campos de refugiados improvisados que hay por la ciudad. En Champs de Mars (zona al lado del palacio presidencial) 15.000 personas viviendo, en Delmas otras 15.000, en la zona del aeropuerto otras 15.000, en la zona de Canpe Vert 12.000 en Delmas 48 (no muy lejos de donde estoy ahora) otras 15.000, 10.000 en Carrefour, 10.000 en Martissant, 8.000 cerca del campo de fútbol, y así suma y sigue sólo en la capital, y dar cobertura a tanta gente no es fácil.
Me sigo sin acostumbrar a ver los edificios derrumbados. Sigo con los ojos como platos cada vez que tengo que pasear (en coche) por Puerto Príncipe, y eso que por suerte o por desgracia llevo bastantes días aquí. Me mata un poco el no tener la libertad de andar y salir a la calle solo como puedo hacer en Petit Goave o en Jacmel, pero bueno…..
El otro día fuimos a la zona de Cité Soleil a ver una maternidad. Es en la afueras de Cité Soleil, aunque mañana tenemos reunión con MDM Canadá que trabajan en esa zona, así que tal vez entre. Lo de la maternidad… pues sentimientos muy contradictorios. Según qué gafas me ponga. El edificio no se destruido pero el suelo da asco, no hay ningún tipo de intimidad, en cada sala he contado un mínimo de 11 camas una junto a la otra y tienes la sensación permanente de que la gente está abandonada. Los chillidos inundan el ambiente y la sensación de asfixia es total. No me mareé pero porque hice un esfuerzo mental. Sin embargo, en el suelo no hay sangre, la luz funciona, las diferentes secciones están más o menos ordenadas, existe un quirófano y funciona, etc. por lo que en realidad es una maravilla. Está la gente de MSF ayudando en la gestión del hospital y se nota. Lo peor fue pasar a la sección de traumatología, buf. Todo lleno de gente con los brazos o las piernas amputadas, gente súper joven en su mayoría. Lo mismo que la maternidad, sala corrida con 11-12 camas pero sin los chillidos de las parturientas aparcadas en batería con las piernas abiertas esperando a que la cabeza del niño esté saliendo para ser atendidas.
Lo que si empiezo a ver son las cosas como más ordenadas. Hoy me he cruzado con bastantes camiones de reparto de agua y las colas ya no son tan inmensas, eso si. Debo de decir que si ese país sigue en pie, y si la gente puede comer y puede beber se lo debe en exclusiva a las mujeres. Es alucinante. Son las mujeres las que se han puesto a mercar de nuevo, son las mujeres las que se las ve arreglando los campamentos auto construidos y son las mujeres las que, muy por encima de los hombres son capaces de ordenar y esperar el reparto de agua y de comida, si es por los hombres no llegaba agua ni comida a la mitad de la gente por la violencia que se creaba. La imagen de fila de mujeres charlando entre ellas tranquilamente esperando con el cubo en la cabeza su turno para coger el agua lo resume todo, para mi es la imagen real de lo que ocurre, muy lejos de esas imágenes de televisión de asaltos, peleas, etc. Es más, en la actualidad, prácticamente en todos los repartos grandes de comida y agua se está prohibiendo la presencia de hombres y solo se ven mujeres. No tiene color con lo de antes
El viernes vuelvo a Petit Goave. Ya tengo ganas, es algo más relajado. Me despido ya.
Un beso.
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